"La salud del hombre es un estado dado por la naturaleza, la cual no emplea elementos extraños sino una cierta armonía entre el espíritu, la fuerza vital y la elaboración de los humores ".
Hipócrates
Hipócrates consideraba la Medicina todo un arte, más que ciencia, y sus conocimientos, basados en la observación y la experiencia, comprenden toda una auténtica filosofía.
Su estudio de los cuatro elementos básicos del universo (tierra, agua, fuego y aire), le llevó a identificar éstos con los cuatro líquidos o humores que conformaban el cuerpo humano (sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra). La salud del hombre, según el maestro, dependía de la adecuada temperatura y equilibrio de estos cuatro elementos.
Los cuatro humores, su disposición, su equilibrio, su exposición a las diferentes temperaturas en distintas épocas del año, conformaban para Hipócrates la naturaleza del hombre, determinaban sus posibles enfermedades y, por tanto, el aspecto físico y predisposición de la personalidad. Es el origen de la teoría de los cuatro temperamentos: Sanguíneo, bilioso, nervioso y linfático.
Los cuatro temperamentos y sus características grafológicas asociadas:
Sanguíneo:
Para Hipócrates el predominio de la sangre en el cuerpo da lugar a un físico robusto, bien desarrollado, de amplia frente, labios carnosos y expresiva mirada. En definitiva, una presencia inconfundible que se hace notar. Este notorio físico acompaña a un carácter fuerte y dinámico, una mente en constante maquinación de proyectos, inquieta. De natural optimista, con furtivos momentos de pesadumbre y enfados estrepitosos que son superados con rapidez. La característica indiscutible del sanguíneo es su sociabilidad: líder carismático, al que halaga ser el centro de atenciones, suele, por su natural extrovertido y comunicativo, ser el directivo por naturaleza. Su habilidad de contacto social, unida a su natural sensibilidad le convierte en un ser empático y buen oyente, aunque, en ocasiones, podría conducir a actitudes un tanto despóticas e incluso dictatoriales, dado su interés avasallador.
Características grafológicas del tipo sanguíneo:
- Tamaño: escritura generalmente grande.
- Forma: predominio de la curva, ampulosidad de formas y mayúsculas adornadas. - Presión: firme o en relieve.
Características grafológicas del tipo sanguíneo:
- Tamaño: escritura generalmente grande.
- Forma: predominio de la curva, ampulosidad de formas y mayúsculas adornadas. - Presión: firme o en relieve.
- Velocidad: rápida.
- Inclinación: escritura inclinada hacia la derecha.
- Dirección: generalmente ascendente.
- Cohesión: escritura ligada o agrupada.
- Cohesión: escritura ligada o agrupada.
- Orden: Separación entre líneas, buen aprovechamiento de espacios.
- Firma: de escritura grande, con rúbrica ampulosa situada a la derecha del texto.
Bilioso:
En el tipo bilioso predomina la bilis, el equilibrio en sus facetas tanto físicas como caracterológicas. Tipo esbelto, con rostro predominantemente anguloso en el que destaca una mirada profunda y penetrante; serio, de gestos firmes y mesurados.
La fundamental característica de su carácter es la reflexión, de intelecto ágil pero seguro, analítico, de inmensa inquietud por profundizar en pensamientos e ideas. Realista, se rige siempre por la razón. De actitud fría y distante, se distingue por su sobriedad, no se emociona ni entusiasma fácilmente con proyectos sin dar tiempo a su necesaria reflexión y análisis; ahora, una vez tomada su decisión, es difícil que la varíe. De carácter básicamente introverso e individualista, toma las relaciones sociales como un deber; en cuanto a los afectos, su moderación y sobriedad le llevan a comedirse, controlando sus sentimientos y emociones, evitando las manifestaciones afectivas.
Características grafológicas del tipo bilioso:
- Tamaño: escritura pequeña, decreciente dentro de la palabra.
La fundamental característica de su carácter es la reflexión, de intelecto ágil pero seguro, analítico, de inmensa inquietud por profundizar en pensamientos e ideas. Realista, se rige siempre por la razón. De actitud fría y distante, se distingue por su sobriedad, no se emociona ni entusiasma fácilmente con proyectos sin dar tiempo a su necesaria reflexión y análisis; ahora, una vez tomada su decisión, es difícil que la varíe. De carácter básicamente introverso e individualista, toma las relaciones sociales como un deber; en cuanto a los afectos, su moderación y sobriedad le llevan a comedirse, controlando sus sentimientos y emociones, evitando las manifestaciones afectivas.
Características grafológicas del tipo bilioso:
- Tamaño: escritura pequeña, decreciente dentro de la palabra.
- Forma: Sobriedad y simplificación; predominio del ángulo
- Presión: firme.
- Velocidad: mesurada o rápida.
- Inclinación: verticalidad o ligeramente inclinada a la derecha.
- Dirección: rectitud de línea, cierta rigidez.
- Cohesión: escritura agrupada.
- Orden: márgenes ordenados, condensación de texto.
- Firma: de escritura normal a pequeña, con escasa rúbrica o sin ella, y situada en el centro o ligeramente a la derecha del texto.
Nervioso:
En el tipo hipocrático nervioso predominan los nervios, y, contrariamente al equilibrio apreciado en el bilioso, en éste destacamos el desequilibrio y la desproporción en sus facetas tanto físicas como caracterológicas. En el nervioso suele destacarse la delgadez, el rostro afilado y pálido y la mirada vivaz a la vez que soñadora. La ambivalencia extroversión-introversión también es característica propia de este tipo hipocrático, aunque suele haber una tendencia hacia la introversión. Seres intuitivos, creativos, su vivacidad les hace inquietos y temerosos de la rutina, y su emotividad provoca que antepongan el sentimiento ante la razón. Su nervio les hace actuar por impulsos y tan pronto se vuelcan en una actividad frenética, como se rinden a la tranquila rutina. En las relaciones sociales dan al entorno lo que de él reciben; si reciben afecto, si el ambiente es agradable, serán seres abiertos, comunicativos y, por contrario, si el entorno les desagrada, pueden ser ariscos y desconfiados. Por lo tanto, apreciamos que los temperamentos nerviosos son difícilmente encajables, tanto social como laboralmente, en el entorno pero a su vez, paradójicamente, tremendamente versátiles.
Características grafológicas del tipo nervioso:
- Tamaño: normal.
Características grafológicas del tipo nervioso:
- Tamaño: normal.
- Forma: Movilidad y variabilidad en las formas. Suelen aparecer trazos filiformes.
- Presión: Firme, aunque con irregularidades.
- Velocidad: Suele predominar la rapidez o incluso la precipitación del trazo
- Inclinación: Invertida o variable, con oscilaciones.
- Dirección: Oscilante.
- Cohesión: Agrupada o desligada.
- Orden: Márgenes desiguales. Movilidad en el conjunto del texto.
- Firma: Con trazos angulosos, generalmente ilegible y situada en el centro o a la izquierda del texto.
Linfático:
Se desarrolla en las linfas. Físicamente destaca por su obesidad, sus movimientos lentos y su aparente pasividad, que les hace inalterables ante cualquier circunstancia y por lo tanto, amantes de la rutina, del automatismo. Se caracterizan por su capacidad analítica y memorística y, aunque su ritmo de vida o trabajo tienda a ser lento, son regulares y metódicos. Socialmente son de trato agradable y tranquilo, aunque no suelen ser expresivos en lo que a afectividad se refiere. Su tendencia es a la introversión y a un aislamiento que puede rayar a veces en egocentrismo. Son personas adaptables y sumisas; si encuentran su lugar y se acomodan a él, difícilmente querrán cambiarlo.
Características grafológicas del tipo linfático:
- Tamaño: escritura normal, pequeña o grande.
Características grafológicas del tipo linfático:
- Tamaño: escritura normal, pequeña o grande.
- Forma: predominio de la curva y las redondeces; sencilla; personalizada o caligráfica.
- Presión: trazo pastoso.
- Velocidad: lenta o mesurada.
- Inclinación: puede ser recta, inclinada o invertida.
- Dirección: puede darse la dirección descendente o cierta rectitud un tanto forzada.
- Cohesión: desligada o agrupada.
- Orden: márgenes ordenados. Monotonía en el conjunto.
- Firma: grande, bien rubricada; situada a la izquierda del texto y alejada de él.
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